Vergara,
Lucía Nelly. Mis apegos. Villa Dolores: Edición de autor, 2018.
Cien páginas. ISBN 978-987-42-8198-2
Reseña de
Jorge Klinger.
El prologuista de Mis apegos -Miguel
Ángel Ortiz- vertió entre otras muchas las siguientes calificaciones con
las que quiero comenzar esta breve reseña:
“Una mujer y la tierra son un almácigo de seres y
sueños… Una mujer escribe su mundo… La mujer y su tierra, tan fértiles, que las
flores y los versos nos premian, como los días”.
Tomo estas
apreciaciones a manera de introducción puesto que Lucía Nelly Vergara nos
brinda en este libro una selección de versos donde encontraremos vigente la función poética o
estética del lenguaje. Esta presencia logra que el lector realice un alto en su
camino tras las letras para apreciar todo lo que el poema le quiere decir. Esto
sucede en una suerte de dimensión atemporal, donde el lapso de la lectura
parece no transcurrir; entonces, él puede así contemplar hoy lo que la autora
observara o viviese en el pasado.
“El poema no es una forma
literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre” escribió
Octavio Paz, y Lucía suelta sus letras sin rigideces de rima y métrica
declarando,en "Palabras preliminares", que “Mis apegos es
una síntesis de mi sentir, de mi vivir, de mi existencia en este
mundo”. Esto se debe a que toda exposición literaria destaca la
subjetividad propia del autor, así como la visión que él tiene del mundo.
Los poemas de Lucía Vergara son totalmente descriptivos y su
discurso se desarrolla utilizando palabras claras y sencillas, de manera tal
que la concatenación de versos le brinda una gran belleza al texto.
Ella le escribe a la lluvia, al tiempo, a las horas, las
ausencias, el amor; a los trenes, al poeta, a las plantas. En cada página nos
brinda una visión optimista, de esperanza. Cuando habla de las palabras afirma
que “tienen magia”, “son soles que alumbran los silencios”, “ecos de antiguas
voces”. Se siente la necesidad de leer y releer hasta saturarse de la
poesía que nos brindan estos poemas.
No falta el homenaje sentido a
Malvinas, escrito a mi entender, con palabras sanadoras.
“La
poesía existirá mientras exista el problema de la vida y de la muerte. El don
de arte es un don superior que permite entrar en lo desconocido de antes y en
lo ignorado de después, en el ambiente del ensueño o de la
meditación.” Esta cita de Rubén Darío se aplica correctamente a Mis
apegos, el nuevo poemario de Lucía Nelly Vergara, que merece una
lectura sin apuro y con deleite.
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