sábado, 22 de agosto de 2020

Einsten-Rossen

 

Entramos en un “agujero de gusano” y la oscuridad envuelve la nave; me zumban los oídos y me hundo en el respaldo empujado por la fuerza de la aceleración. La navegación es en modo automático ya que viajamos a la velocidad de la luz y por lo tanto nada vemos. Los científicos que diseñaron la nave confían plenamente en el escudo electrostático que nos protege de las partículas neutrónicas que flotan libremente en el híper espacio.

Algo no está bien. Veníamos desacelerando, lo cual significa haber llegado al final del salto, ¡pero vuelvo a experimentar los efectos de la aceleración!

¡Ahora sí, después de una nueva des aceleración la luz llega a mis ojos! Parpadeo varias veces, trato de enfocar mi visión y ahí me doy cuenta que me pasé de estación. Mascullo un exabrupto, levanto el libro de Asimov que venía leyendo y de un salto alcanzo a salir justo cuando las puertas del subte comienzan a cerrarse.

Ternas y trilogías   ISBN 978-987-28908-5-8


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