Eduardo Cormick: Hasta
que aclare. Buenos Aires, El BIEN del SAUCE, 2017. 128 PP.
Reseña por Jorge
Klinger
Hasta que aclare o hasta que escampe la lluvia, significa en el
dialecto criollo que es momento de esperar que la tormenta pase, de hacer un alto
en la vorágine de la vida contemporánea; ¡y qué mejor oportunidad para leer
estos dieciséis cuentos que generosamente Eduardo Cormick nos ofrece cubriendo
más de un siglo de nuestra historia hasta que todo se pueda observar con más
nitidez!
Desde finales del Siglo XIX hasta principios del Siglo XXI,
Cormick nos va conduciendo, como de la mano, por senderos que si no recorrimos
al menos los vimos al pasar siguiendo nuestro propio derrotero. Desde la
llamada Conquista del Desierto hasta los que hoy ofrecen su vida para que los
desclasados puedan vivir mejor, pasando por la última dictadura, la guerra de
Malvinas e incursionando a mi entender en el realismo mágico en “De luces” y “El
buscado”.
El autor multi premiado, dentro y fuera de su pago chico, escribe
tanto en tercera persona como en primera y no desdeña el uso del diálogo como
forma del discurso.
Eduardo se encarga de poner de manifiesto a pie de página cada
cuento que tiene un sustento verídico o que se trata de una realidad ficcionada,
para que no le queden dudas al lector. Su idiolecto es claro, sencillo,
contemporáneo y culto; de fácil lectura y atrapante. El haber nacido en Junín,
Oeste de la Provincia de Buenos Aires y estar radicado en la C.A.B.A., no le
impide llevarnos a recorrer la Patagonia o aventurarnos en las terribles
consecuencias de una guerra sin sentido.
En “Se va Camila” logra poner un toque de ironía para aliviar lo
denso de la tragedia en ciernes de una historia, no por repetida menos real de
nuestro pasado casi reciente. “Adela y Cocoliche” rescata hermosamente a ese
personaje casi olvidado de nuestros campos que fue el caminante, un tipo social
–diferente al del linyera- a quien se le ha dado muy poco espacio en nuestra
literatura. ¡Bien por Eduardo!
Con maestría, nuestro autor –porque a esta altura ya debo
mencionarlo como tal- nos muestra la otra cara de la moneda de las secuelas de
guerra que tanto nos avergonzaran en su momento, regalándonos un relato que
deberíamos multiplicar por miles para sanar nuestra debilitada salud social, en
“Paladium”, y redescubrir que no todo está perdido por más que
pretendan hacérnoslo creer.
En fin, pienso firmemente que éste es un libro para desensillar y
leer hasta que aclare.
Jorge Klinger